Exitosas

Mañana será otro día

Soy una mujer 609991

Hay quien dice que, si una mujer llega a los 40 años de edad y sigue siendo soltera, es porque no ha sabido amar, que es demasiado exigente, rebelde y no sabe lo que quiere. Las 40añeras de hoy ya no estamos desesperadas por casarnos: Amamos, y nos gustaría encontrar el amor adecuado, pero no estamos desesperadas, las mujeres solteras cuarentañeras también escogemos ser libres y felices. En realidad, a los 40 apenas hemos vivido unos 25 años; pues los primeros 15 años son digitalizados por los padres y la familia. Recién cuando comenzamos a trabajar, a ganar nuestro dinero, a cubrir nuestras necesidades primarias y nuestros primeros lujos, podemos afianzar con alegría y euforia que estamos viviendo nuestra propia e íntima vida. Y este sigue siendo un gran prejuicio de la sociedad, pues 40 años es una edad para estar casada y tener varios hijos a los que criar. Somos solteras por elección: Yo creo que, si hemos llegado a esta edad en la que alcanzamos determinada madurez emocional e intelectual sin pareja, no es por azar, sino por elección. Hablo particularmente de las mujeres que han elegido la soltería por convicción y no por conspiración universal. Porque habiendo posibilidades de coincidir con alguien, elegimos lo que realmente queremos para nuestras vidas; y cómo queremos ser tratadas. Somos un mundo, cada quién.

Coincidía con mi decisión de ser lecho soltera ante un panorama de galán muy, muy perturbador. Una mujer con sus hijos varones ambos criados, a la que antes le he agradecido su esfuerzo como madre soltera y quiero con el alma, me recomendó tener paciencia con el padre de mi bebé y no asumirme como madre soltera. Miraba para otro lado para proteger a mi bebé en la barriga y al otro que estaba pequeñito. Hasta que un fecha me abandonó. Yo sí.

En ella encontraréis diferentes temas que os pueden ayudar. Y también muchos intentos infructuosos de que todo funcione, de que vuelva a ser como antiguamente. Sin éxito. Si no, la abstracción de separarse no tendría sentido. Y en ese momento la tiene. Lo que antes era una ilusión se ha convertido en un problema.

Estudié Sociología en la Universidad de Valparaíso y empecé a perfilar una biografía profesional hacia las personas mayores, escasamente estaba en el 4 año de la carrera de 5 años en Chile. Tenía una fijación por los espacios educativos formales y no-formales para personas mayores. No estaba equivocada. Terminé mi carrera y no me aguanté mucho en viajar a España para tomar el Master en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores de la Universidad de Granada. El trabajo en las aulas con las investigadores y con los futuros profesionales de la gerontología es necesario, pero si en la cotidianidad seguimos tratando a las personas que envejecen como seres que deben ver depreciado su valor a causa de su edad, estamos estancados y en un problema dantesco. Pensar Sin Edad es un aire de comunicación social online abierto a las personas mayores, donde ellas son las principales emisoras y receptoras de los productos comunicacionales que se ofrecen.

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