El observador es un príncipe que goza en todas partes con su incógnito. La vida moderna que Baudelaire define para expresar la vida en la modernidad, aparece en Martí como el factor que acelera la producción de visiones poéticas. El cosmopolitismo martiano, o como lo define en sus palabras, su fe en lo inmenso, podría constituir la fuerza fundamental de su programa de escritura. Embellecer la vida es darle objeto. Salir de sí es indomable anhelo humano, y hace bien a los hombres quien procure hermosear su existencia, de modo que vengan a vivir en sí. Como Prometeo en su batalla constante por dar forma a las obras de arte de los hombres. Martí construye, en el acopio de las profecías y cismas del arte moderno, una prosa, de acuerdo con la época que le tocó vivir, con el rigor del trabajo y entre la multitud que elige como domicilio. Armada con materiales estéticos desusados, hecha de los fragmentos de la modernidad poética universal, desmonta viejas convenciones del arte y produce efectos de ruptura en la percepción estética.
Levante verano llegué por primera vez a Tel Aviv como una estadounidense y hablante nativa de inglés. Y logré llevar mis habilidades interpersonales al subsiguiente nivel. La comida, el arte, el uso incesante de monopatines eléctricos… La vida es diferente en Israel. Sin embargo, de cada nueva experiencia me quedo con la mejor, que aun ahora ha sido conocer a familia diferente y compartir historias con ellos. En esta nota destaco a encogido personas que conocí por casualidad y que pueden dar una pequeña alucinación de la increíble vida social de Tel Aviv. La pieza de técnicas mixtas nació como un boceto en el iPad de Lazar.
El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución. Sus alumnas son seis chicas que quieren anatomía prostitutas. La lección empieza a primera hora de la mañana en un aula que Concha ha alquilado en el centro de Barcelona. Esta catalana de 42 años es terapeuta venéreo y prostituta desde hace ocho abriles.