Me entusiasmó. Le prometí enchufes —enfermos orantes— para la O. Yo entusiasmado. Don Josemaría, que como siempre había rezado y hecho rezar por aquel encuentro, tenía la misma sensación.
Por Gabriel Arturo Castro. El yo se extraña para ofrecer una percepción inédita y auténtica de la realidad, desautomatizando el lenguaje, deformando los materiales que lo componen. Así nace una imagen imprevisible, distinta, es decir, genuina habla. La palabra plasmada, vertida, ya no me pertenece, deja de ser existencia primera para hacerse otra realidad mediante la fascinación, la magia que crea fantasmas y un deseo que convierte la vida en literatura. Aspiración lograda porque tomamos posición frente al otro, cuya ubicua presencia impregna la aroma de lo real. Ser significa enterar.
Los hermanos. Y amistades distanciados deberían escoltar el mismo admonición. No hay que. Admitir que las pequeñas ofensas impidan la reconciliación una tiempo que ha habido un era de reflexión.
